El presente Atlas está formado por unos pocos continentes, un archipiélago con islas habitadas y deshabitadas por igual y zonas de frontera fuertemente custodiadas.
Los continentes son ciertos, próximos, definidos por un intenso y desigual intercambio.
El archipiélago, más alejado, conocido por relatos, es al mismo tiempo una sospecha y un deseo.
Las zonas de frontera garantizan el flujo controlado entre islas y tierra firme.